Los emprendedores usualmente nos caracterizamos por varias cosas, algunas buenas otras malas. Generalmente somos pujantes, innovadores, atrevidos, arriesgados, aventureros, positivos, soñadores, perfeccionista, entre muchos otros. Muchas de estas características las he mencionado en diferentes oportunidades en este Blog, razón por la cual solamente me limito a mencionarlas.
Aunque no todos los emprendedores son así, si he encontrado que muchos pensamos que por ser emprendedores, sabemos mucho del negocio, de la industria, de cómo administrar la empresa, de cómo hacerla crecer. Y lo cierto es que si hay muchos que saben de estos temas, pero creo que muchas veces decimos o creemos más de lo que verdaderamente sabemos.
Ya lo he mencionado en el pasado y lo vuelvo a decir: el emprendimiento no es para todas las personas. Esto es así no solo en esta frase, sino en la realidad. Es un hecho que son relativamente pocos los llamados a ser emprendedores. Esto hace que quienes realizamos emprendimientos estamos en un selecto club, si se quiere una «élite empresarial». Esta es una élite que afortunadamente no segrega por edad, sexo ni religión, sino por otras características. Pero al ser una élite pone al emprendedor, con o sin justificación en un nivel diferente. Y muchos nos creemos este cuento, lo cual puede ser un gra