Hay pocas cosas en la vida que me alegren y emocionen tanto, como el despertarme todos los días y saber que soy mi propio jefe, un emprendedor, que no tengo que rendirle cuentas a nadie por mi trabajo, que hago mi propio horario y que todos los días me reto a lograr mejores cosas. Sin embargo y como lo he reiterado en el pasado, el ser emprendedor no es para todo el mundo. Pero para quienes les llega este llamado, definitivamente es una gran ruta, que aunque no es sencilla, al lograr nuestras metas es como si tocáramos el cielo.
Inicio este artículo regresando al pasado, quizás unos 13 o 14 años, a mi época de universitario. En ese entonces tenía una idea de negocio bastante innovadora y buscaba sacarla adelante. Había reunido a varios de mis compañeros, todos de la misma edad (en ese entonces tendríamos entre 20 y 22 años), para que me acompañaran en este proyecto. También habíamos buscado la ayuda de otras personas, incluyendo profesores de nuestra universidad.
Recuerdo de manera muy presente, un profesor de esta universidad, que palabras más, palabras menos, nos dijo que nuestra idea ya existía. Aunque sé que lo hizo de buena fe, pues quería que viéramos algo que él creía importante, este profesor no le vio mucho futuro a nuestra idea de negocios.
Uno de los grandes dilemas que tenemos los emprendedores y los que innovamos, es lograr ser el primero en el mercado. De hecho, con frecuencia nuestras ideas de negocio las guardamos de forma secreta, pues creemos que alguien nos puede robar la idea y llegar de primero al mercado. Más allá de esto, hay elementos a favor y en contra de ser el primero en salir con una nueva idea en al mercado.
Es muy difícil que lleguemos al mercado con una idea 100% nueva y que nunca nadie había visto. La mayoría de ideas de negocio innovadoras, se basan en componentes existentes en el mercado y la diferencia la marcan algunos elementos en particular. Esto está en la línea de la teoría de los Océanos Azules, que busca encontrar diferenciales que nos permitan crear nuevos mercados. Sobre esto me baso en este artículo, aunque también aplicaría para esa «extraña» idea que puede llegar a ser 100% original.
Como emprendedor que he sido por más de 18 años y además, en contacto permanente que he tenido con múltiples emprendedores en este lapso de tiempo, he llegado a la conclusión que muchos le tenemos miedo a la competencia. De hecho, este miedo usualmente inicia cuando estamos creando la idea de negocio, pues no nos gusta compartirla con nadie, pues creemos que nos la pueden robar. Aunque este primer miedo puede hacerse realidad, he aprendido con el paso del tiempo que la idea la pueden robar al contarla o de otra forma. De hecho, creo que es peor quedarnos callados sin compartir la idea, esperando el momento preciso para lanzar nuestro proyecto al aire.
Hace unos 10 años, quizás más, cuándo estaba intentando formar mi primer proyecto emprendedor, con mis socios analizábamos diferentes opciones de acceso a capital para sacar adelante nuestro proyecto. Entre las opciones, estaban la banca, fondos gubernamentales, préstamos de amigos y capital de riesgo. La mejor opción siempre era el capital de riesgo, pero encontramos la triste realidad que en América Latina, era muy complejo acceder a este capital.
En ese entonces, no es que no existieran firmas de capital de riesgo, pues si existían. Sin embargo, estaban diseñadas para fondear proyectos de muchos millones de dólares y con un retorno casi seguro, por ejemplo, exploraciones petroleras. Para proyectos más pequeños, inferiores al millón de dólares, prácticamente no existía ninguna opción.
Hace un par de semanas hice el anuncio de algunos de los principales proyectos que tenemos en el Blog Un Emprendedor e Inversiones Gómez Montes S.A.S., para el año 2015. Una de las noticias que compartimos ese día, es que la lista de correo de este Blog, así como la de nuestra forma consultora, Consultorías 360° se iban a unificar. Para esta unificación, decidimos tomar el nombre de Aceleración.com.
Las razones por las cuáles decidimos crear esta nueva lista de correo electrónico, es por los temas de las listas de estos dos productos son muy similares. Además, el año pasado decidimos convertir este Blog, en el Blog Corporativo de Consultorías 360°. Así que dar este salto hacia la unificación de las listas era algo natural, que iba a pasar tarde o temprano.
En el primer artículo de esta serie, en la cual abordo los pasos principales que debe tomar todo emprendedor para lograr el éxito en esta ruta, hablé de la idea y lo que yo llamo la «espinita». Para esta segunda entrega, continúo con el segundo paso, que son otros 2 vitales: analizar y preparar.
Como alcancé a comentar en el anterior artículo, todo el mundo tiene ideas todo el tiempo. Aunque este insumo es vital y sin el cual no se puede avanzar, es un insumo incompleto en el mejor de los casos. Esa es la razón por la cual en ese inmenso mundo de ideas, apenas unas cuántas se hacen realidad.
Como lo expuse en las dos primeras partes de este seriado, el servicio de primera categoría es otra forma como se pueden hacer negocios en internet, llevando servicios de altísima calidad a las plataformas virtuales. En la publicación anterior hablé de un servicio de transporte llamado Uber, que conecta un excelente servicio de choferes para ser llevados de un punto a otro con una plataforma online muy potente y que presenta muchas bondades para ofrecer un excelente servicio.
CrutchField, una tienda en línea de primera categoría
Sin embargo, quisiera presentar otro ejemplo, que muestra como esta excelente experiencia puede llevarse a tiendas en línea. El ejemplo es la compañía CrutchField. Esta compañía nació en 1974 cuando su creador vio una oportunidad de vender equipos de sonidos para carro que podían ser instalados por el mismo dueño del vehículo. Esta compañía fue evolucionando con el tiempo y siempre se ha caracterizada por ofrecer un excelente servicio y asesoría en instalación. Con la era del internet, ellos migraron hacia este nuevo medio sin olvidar que su diferencial principal era un servicio de alta calidad.
Como lo expuse en mi anterior publicación, definitivamente el modelo de Long Tail ofreciendo productos de bajos costos es una muy buena opción para las tiendas en línea, entre otras razones porque es un modelo que aprovecha muchos de los beneficios que ofrece Internet como por ejemplo la reducción de costos en varios de los procesos (vitrina, almacenamiento y distribución en algunos casos). Sin embargo si todas las tiendas empiezan a operar bajo este modelo, poco a poco el mercado se saturará y tocará competir en océanos rojos, tal como lo expone la teoría de Océanos Azules.
En varias de mis publicaciones del Blog Un Emprendedor, he hablado de diferentes modelos de negocios que han sido muy exitosos en Internet y uno de estos es el Modelo de Long Tail, que han sabido aplicar grandes como Amazon. Recordemos que este modelo lo que pretende es vender una gran extensión de productos de nicho (que puede ser sumada a productos que son populares) que al ser sumados generan grandes ingresos. Esto ha sido facilitado por internet pues muchas de las operaciones tienen costos mínimos como por ejemplo muestrario en vitrinas donde crear un producto adicional en la plataforma no genera costos adicionales.