
Todas las personas, por lo menos todas las que hemos vivido unos cuántos años en este mundo, hemos atravesado por alguna crisis. Cuando estamos en uno de estos momentos oscuros o grises, con frecuencia solo vemos cosas negativas y que será muy complejo levantarnos. Sin embargo, estoy convencido que es factible cambiar las situaciones y que el día de mañana será mucho mejor. Este «día de mañana» no es literal y puede demorar, días, meses o en el peor de los casos hasta años, pero llegará.
Afortunadamente siempre he creído que las cosas tienen que mejorar y mi visión positiva poco a poco me fue sacando de esta dura situación. Esto claramente no lo hice solo y muchas personas vinieron en mi ayuda. Creo que es clave contar con estas personas, esas que están con uno en las buenas y especialmente en las malas. Claro, muchas personas huyeron frente a mi crisis y otras capitalizaron esta situación para su propio beneficio. También me sirvieron otras cosas, como lecturas de superación personal, entre otros.
Como ninguno de nosotros es ajeno a una crisis, de cualquier estilo, desde los negocios, pasando por un desamor o una muerte de alguien cercano, debemos saber reaccionar en estos momentos y darnos cuenta que la situación actual es pasajera. No es fácil en momentos de crisis llegar a esta conclusión, pero comparto mi experiencia con la idea de que le sirva a otras personas.
Lo primero que yo haría en un momento de crisis, es compartirlo con las personas que son más cercanas, empezando por mis familiares, mi pareja y mis mejores amigos. Aunque hay gente que huye de estas situaciones, seguro se asombrará de la cantidad de gente que le extenderá la mano y que están dispuestas a ayudarlo. Algunas de estas personas tendrán limitantes, por ejemplo puede que muchas no estén en la capacidad de prestar dinero, si es lo que se requiere. Pero pueden dar un buen consejo a alguien que realmente lo necesita.
Para otras personas, un lugar que les permita organizar sus ideas y hablar con Dios (o con el mundo, o consigo mismo) será un gran aliado. Por ejemplo, ir a un parque, viajar a un lugar tranquilo o simplemente ir a una iglesia o templo, podrán ayudarnos a pensar de forma más tranquila.
Como lo dije, a mi en esta época me ayudó leer libros y ver películas relacionadas con positivismo y superación personal. Esto lo complementé con sesiones de meditación, en la cual me desconectaba del mundo y analizaba mis pasos a seguir.
Repito que todo tiene solución y que las situaciones son pasajeras. Si hemos tocado fondo, la única ruta es hacia arriba. Tenemos el poder y la compañía en este mundo para reponernos, incluso del golpe más fuerte. Nunca desespere y busque ayuda, siempre la encontrará.
Imagen tomada de Flickr.com
tengo una empresa familiar y estoy pasando por una crisis en mi empresa