
Cuando uno toma conscientemente la decisión de ser Emprendedor y uno toma en cuenta las repercusiones que esto implica, significa que estamos tomando una ruta complicada, que aunque puede estar llena de alegrías, requiere mucho por parte de nosotros. Solo por mencionar unos pocos tópicos, esto requiere de mucho trabajo, dedicación, sacrificio y tiempo. Dependiendo de cómo usted aborde los emprendimientos, estas condiciones estarán presentes al inicio del emprendimiento, cuando se pone en marcha o durante la ejecución, que puede ser algo de muchos años.
Las exigencias del emprendimiento, muchas veces nos hacen olvidar lo importante que es alcanzar este equilibrio. Cuando las tareas del día al día nos ocupan gran parte de nuestro tiempo, empezamos a decir cosas como «eso lo dejo para mañana» y así vamos posponiendo estas tareas que ante la vista de la mayoría parecen secundarias. A mí me ha pasado, de hecho me sigue pasando, pero con el tiempo me he dado cuenta de lo importante que son estas tareas secundarias y lo que implica posponerlas.
Hace un año inicié mi último gran emprendimiento, denominado Consultorías 360°. Antes de este emprendimiento, había realizado otros tantos proyectos emprendedores, los cuales me permitieron detectar errores, destacándose el no haber podido encontrar ese equilibrio en mi vida. Parece algo insignificante, pero hoy que batallo por lograr este anhelado equilibrio, me doy cuenta de su importancia. Cuando inicié este último emprendimiento, me puse como meta equilibrar mis horas de trabajo, con horas de estudio, de relajación mental, de compartir con mi familia y amigos y con algo que para mí es muy importante: ayudar a otras personas.
Un año después de haber iniciado esta búsqueda de mi equilibrio personal, debo confesar que lograrlo no ha sido fácil. Desafortunadamente el trabajo a veces nos exige mucho y aparecen compromisos ineludibles. Sin embargo como la idea no es llorar sobre mojado, he tomado una estrategia que me ha funcionado y que quiero compartir con mis lectores.
Los días viernes, por la tarde, reviso mi agenda de la semana siguiente. Usualmente este día ya tengo definido todos los compromisos de la semana que sigue o estoy muy cerca de tenerlos definidos. Esto me da una idea de lo que me enfrento esa semana que viene y cómo los compromisos adquiridos afectaran las tareas no relacionadas con el trabajo. Si no existe ningún inconveniente, sé que puedo llevar una semana tranquila y bajo los parámetros que me he planteado, así que no hay problema en este caso. Por otro lado, si veo que algún compromiso laboral o de otra índole afecta el desarrollo normal de mis tareas, miro como puedo mover las tareas y compromisos no laborales, para sacarle tiempo a las mismas. Si es una semana con muchos compromisos y no puedo abrirle campo a estas actividades, tomo esto como un sacrificio que la siguiente semana compensaré o miro si puedo por ejemplo, sacarle tiempo el fin de semana. Esta semana me sucedió algo así, pues por las noches entre semana, que usualmente dedico para hacer algo de Yoga y Ejercicio, se vieron truncadas por 3 compromisos que tenía en 3 días consecutivos. La solución fue muy sencilla, dedicarme 100% los otros 2 días que tenía libre a estas tareas y compensar algo la siguiente semana.
Yo tengo la firme convicción y la vida me ha enseñado esto, que no todo es trabajo. Este es un aspecto muy importante de la vida, pero tiene el mismo peso (o menos) que otros, como compartir con la familia y con amigos. Lograr un equilibrio perfecto en la vida quizás sea una idea muy romántica y utópica. Sin embargo, es algo que sigo persiguiendo, pues me he dado cuenta de sus múltiples ventajas. Solo por mencionar un beneficio, al buscar este equilibrio me he dado cuenta que disfruto más de mi trabajo. De esta forma, el equilibrio es algo que afecta todos los aspectos de la vida y nos regresa en formas inesperadas y con valores aumentados.
Imagen tomada de Flickr.com
La vía fácil o difícil?
En realidad lo fácil es buscar un trabajo y cobrar una nómina. Aunque en estos días cuesta encontrar trabajo. Entonces nos preguntamos si sería mejor opción ser emprendedor. Bueno, pues puede que sí, puede que no. Quien no se arriesga no consigue nada, así que hay que tener mentalidad abierta, hay que ser innovador y hay que querer dedicarle mucho tiempo. Saludos! 🙂