
En la más de una década que llevo como emprendedor y en los más de 30 años de vida que tengo al momento de escribir estas líneas, son muchas las cosas que he aprendido. Una de estas es que en algún momento de nuestra existencia vamos a fracasar en algo. Este fracaso puede ser pequeño, mediano o grande y de una u otra manera es inevitable, aunque podemos hacer cosas para que el fracaso sea menos duro. Con esto en mente, quiero compartir algunas cosas que he hecho para seguir adelante después de un fracaso.
La forma como nos educan en el mundo occidental, pocas veces nos preparan para los fracasos normales que encontramos en la vida. Si queremos aprender de estos, generalmente nos toca referirnos a literatura oriental o a autores de la llamada nueva era. En nuestro mundo pocas veces entendemos el fracaso como algo normal y hasta cierto punto inevitable, que tarde o temprano llegará a nuestras vidas.
Mi primer consejo es que no pensemos en el fracaso como algo malo o negativo. Sé que esto puede sonar duro y en contravía de todo lo que nos han enseñado a lo largo de la vida. Yo pienso que en este mundo no hay nada de entrada que sea malo. Estas son etiquetas que nos hemos inventado los humanos, para «facilitar» nuestra existencia y culpar a otras personas o agentes externos. Igualmente pienso que todo se da por una razón y aunque de entrada parezca que es malo, quizás después de mucho tiempo veamos que esto era una bendición disfrazada de fracaso.
Como seres humanos, emprendedores, trabajadores, miembros de familia, parejas y demás, debemos prepararnos mentalmente para algún momento en algún futuro, donde las cosas no van a salir como queremos. Puede que no alcancemos a percibir o visualizar este momento, pero cuando este llegue debemos recordar que estamos preparados para el mismo. Es como con los militares y policías, que entrenan para los momentos de peligro, que no saben cuándo ni cómo van a llegar, pero que cuando llegan están preparados para afrontarlos. No es fácil pensar ni entrenar de esta forma, pero si lo hace seguro saldrá bien de estas situaciones.
Después de que ha sucedido el fracaso, debemos analizarlo y aprender de este. En los días y meses siguientes al suceso, seguro nuestra mente estará abrumada de ideas, de cosas que pudimos hacer, de lo que hicimos y de cómo podría ser mejor. Esto también es normal y se considera parte del fracaso, en algunos casos visto como el duelo. Dejemos pasar esta etapa y después de que tengamos una visión más tranquila y clara, analicemos los hechos.
Mi más grande «fracaso», que fue la quiebra de mi empresa hace ya 5 años, inicialmente me produjo un gran dolor y sufrimiento. En esa época yo no pensaba como pienso ahora, pero hoy puedo decir que esto sucedió por algo y que fue mucho lo que aprendí. Sé que en algún momento voy a volver a fracasar, pero que tengo que mirarlo de manera positiva. Igualmente hoy soy más sabio y entre otros, puedo detectar tempranamente los signos que indican problemas. En ese momento me habría podido rendir y decidir no continuar, pero hoy doy a gracias a que no lo hice y que además de ser una mejor persona y un mejor profesional, tengo la oportunidad de compartir este mensaje con otras personas.
No quiero decir con esto que estés preparado para fracasar, como llamando a este evento y ojalá pase pronto. No, es todo lo contrario, ojalá este fracaso se demore y cuando llegue sea pequeño y lo puedas controlar. Cuando llegue acéptalo, has el duelo si es necesario, aprende de él y lo más importante, levántale con más fuerzas y con la cabeza en alto. Nada va a impedir que llegues a tus sueños y el secreto de tu felicidad lo tienes en tus manos. ¡Tu decides que hacer con este!
Imagen tomada de Flickr.com
Gracias por el consejo
Estoy de acuerdo con el consejo, siempre después de caer tenemos que levantarnos. Muchas personas no entieenden esto y fracasan. A mi me pasó y pude levantarme. Gracias
Muy interesante artículo amigos. Nosotros hemos aprendido a levantarnos muchas veces, y «desaprendido» también, ya que mientras persigues metas es normal equivocarse, y hasta sano. Creo que el truco para que te afecten lo menos posible los tropiezos es «riéndote» de ellos. Mientras tengamos pasión por lo que hacemos, todo lo demás merecerá la pena en uno u otro sentido.
Saludos