Uno a veces Cree que se las Sabe Todas, Pero no Siempre es Así

Los emprendedores usualmente nos caracterizamos por varias cosas, algunas buenas otras malas. Generalmente somos pujantes, innovadores, atrevidos, arriesgados, aventureros, positivos, soñadores, perfeccionista, entre muchos otros. Muchas de estas características las he mencionado en diferentes oportunidades en este Blog, razón por la cual solamente me limito a mencionarlas.

Aunque no todos los emprendedores son así, si he encontrado que muchos pensamos que por ser emprendedores, sabemos mucho del negocio, de la industria, de cómo administrar la empresa, de cómo hacerla crecer. Y lo cierto es que si hay muchos que saben de estos temas, pero creo que muchas veces decimos o creemos más de lo que verdaderamente sabemos.

Ya lo he mencionado en el pasado y lo vuelvo a decir: el emprendimiento no es para todas las personas. Esto es así no solo en esta frase, sino en la realidad. Es un hecho que son relativamente pocos los llamados a ser emprendedores. Esto hace que quienes realizamos emprendimientos estamos en un selecto club, si se quiere una «élite empresarial». Esta es una élite que afortunadamente no segrega por edad, sexo ni religión, sino por otras características. Pero al ser una élite pone al emprendedor, con o sin justificación en un nivel diferente. Y muchos nos creemos este cuento, lo cual puede ser un gran problema.

 

No Importa Quiénes Seamos o Dónde Estemos, Debemos Aprender a Escuchar

Los emprendedores no la tenemos fácil y como mencioné anteriormente, estamos en una élite (buena o mala, esa decisión se la dejo al lector). A veces sucede que la élite nos hace creer que somos muy diferentes a los demás, que sabemos todo y que no necesitamos ayuda de nadie más. Los comentarios nos resbalan y nuestro recorrido como emprendedor es lo suficientemente bueno como para salir adelante únicamente con nuestros propios medios.

Muchos emprendedores tenemos fama de odiosos, prepotentes, y en fin malos adjetivos (claro, hay emprendedores sumamente amables y sencillos que no encajarían nunca en esta descripción). Y esto es un error y siento que esto no se debería presentar, así sea uno un empresario con 2 meses o 50 años de experiencia. Siempre podemos mejorar y siempre podremos aprender cosas nuevas.

Los emprendedores debemos aprender a escuchar. La gente nos dice cosas que pueda que nos gusten o no, pero toca escucharlos. Y si nos topamos con buenos consejeros, hagamos un esfuerzo aún mayor por escuchar lo que nos dicen y por qué lo dicen. Estos consejos, independientemente de que los pongamos en práctica o no, nos aportarán valor y estoy seguro que nos ayudará a ser mejores personas y empresarios.

 

Entre Mayor sea la Responsabilidad, Debemos Escuchar más Voces

Ser Emprendedor puede traer mucha gloria, pero también muchas desgracias. Al asumir este rol, estamos creando una responsabilidad no solo con nosotros, sino con otras personas, incluso comunidades. Con esto quiero decir, que los grandes emprendedores no pueden estar solos, por el contrario, tienen que rodearse de gente buena, inteligente, con experiencia, que se atrevan a contradecir al emprendedor, pero que lo acompañen en sus decisiones.

Una mala decisión puede ser grave para una empresa. Pero no reaccionar a los efectos negativos de esta decisión puede ser el fin de la empresa. Y esto no solo podría llegar a significar problemas para la empresa, sino para los empleados, proveedores, clientes y hasta accionistas. En otras palabras, la responsabilidad es muy amplia. Y este es un peso que de una u otra forma debemos cargar los emprendedores, el grupo de emprendedores y en general la alta dirección de las empresas. Así que con semejante responsabilidad no podemos decir que la sabemos todas, siempre debemos tener buenos consejeros a nuestro lado. Los consejeros tampoco se la sabrán todas e incluso entre ellos seguramente habrán desacuerdos, pero como dicen «dos cabezas piensan mejor que una».

El asunto de creer que la sabemos todas, va mucho más allá de ser o no creído y prepotente, o de orgullo propio. La responsabilidad del emprendedor es muy amplia como para hilar tan delgado y no ver el panorama completo.

 

Formula: Escuchar + Interiorizar = Éxito

Cuando yo tuve mi empresa intenté tener gente a mí alrededor con la cual tuviera una constante retroalimentación. Y durante mi periodo como el Gerente de la empresa, escuché muchos consejos. Quizá algunos consejeros no eran los más propicios (poca experiencia), pero logré el cometido de estar bien rodeado. Pero no logré uno igual de importante: interiorizar los consejos.

Muchos de los consejos recibidos los recibía de mis mismos empleados, así como de otros empresarios, amigos y familiares. En el caso de los empleados  tenía la política de escucharlos, pues los había contratado por sus conocimientos. Pero no siempre interiorizaba lo que me decían y esto fue un error. No todos los consejos eran válidos, pero simplemente negaba los consejos. Incluso, llegué a un punto casi inconsciente, donde bloqueaba automáticamente los consejos de ciertas personas y rechazaba todo lo que decían, fuera válido o no. ¡Qué gran error!

De esto aprendí no solo que hay que escuchar, sino hacerlo con una mente muy abierta. La persona que hoy se equivoca en una apreciación, puede que mañana este en lo correcto y yo como emprendedor debo saber identificar esto. Mi responsabilidad no es solo conmigo, así que me guste o no, debo escuchar todo lo que se dice a mí alrededor.

Imagen tomada de Flickr.com

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