¡Delo por hecho!

En las últimas semanas he escrito varios artículos en el Blog Un Emprendedor, en el cual he abordado temas que tienen que ver con positivismo, mejorar nuestra calidad de vida y más. Esto lo hago, pues casi toda mi vida he sido una persona positiva, que como todos afronta problemas y que he aprendido que todo es posible y que a pesar de nuestra condición mortal, todo es posible. Desde hace un par de años comparto este conocimiento en el Blog Excelente y Mejorando y ocasionalmente me gusta traer estos temas a este espacio, que es consultado primordialmente por emprendedores.

Una de las cosas que aprendí con el paso del tiempo y tras estrellarme duro contra el mundo, es que como humanos tenemos el poder de pedir lo que queramos. Hay una película que encontré hace varios años en Netflix que se llama 3 palabras mágicas. En resumen, estas 3 palabras mágicas son Yo Soy Dios. No quiero entrar al debate de si verdaderamente somos Dios, pues para muchos el que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios no es en el aspecto físico, sino en que somos creadores. De esto estoy convencido y no hay nada que pidamos que no se pueda hacer realidad.

Como humanos que somos, con frecuencia vemos límites y obstáculos por todos lados. No nos damos cuenta que nuestros sueños pueden lograrse, desde lograr el éxito en nuestro negocio, conseguir el capital de riesgo que necesitamos o lo que sea. El «problema» está en los obstáculos que vemos, muchos de los cuáles no son ciertos y echamos por la borda todos nuestros sueños.

Voy a recoger un ejemplo que he utilizado varias veces en este Blog, pero que ilustra de forma perfecta como nuestros pensamientos se hacen realidad. En mi primer emprendimiento, hace casi 10 años, quería lograr grandes cosas. Pero a la vez tenía un plan B, en el cual si las cosas no salían como yo quería, cerraría el negocio y me pondría a trabajar para alguien. Este plan B se convirtió en mi plan A cuando quebró mi empresa. Conscientemente yo pensaba que el plan B nunca iba a ocurrir, pero de alguna forma mi pensamiento debió ser muy fuerte y se convirtió en mi realidad. Por eso hoy no tengo plan B y mi única opción es sacar adelante mi empresa; este es mi sueño y lo estoy logrando.

Los emprendedores tenemos muchos sueños, pero a la vez muchos obstáculos, imaginarios y reales. Por ejemplo, en algún momento nos encontraremos con una persona que dice que nuestra idea no sirve, que ya existe, que no seremos exitosos. Si le hacemos caso, nos veremos fuertemente afectados. Así que debemos confiar en nuestras ideas, escuchar comentarios constructivos e intentar a todo costo no alejarnos de nuestras ideas.

Cuando sueñe con algo, delo por hecho desde el principio. Ese poder creador es infinito y no hay nada imposible. Algunas cosas demorarán meses o varios años en materializarle, pero llegarán. Al pedir algo, de gracias por su consecución. Siga su instinto, actúe cuando lleguen las oportunidades y todo esto sumará a lograr eso que tanto ha buscado. Y cuando lo logre, comparta su experiencia en la sección de comentarios de este Blog.

Imagen tomada de Flickr.com

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