Aspectos Generales para crear Sociedades
Las sociedades… Este es uno de los temas más difíciles que enfrenta un emprendedor a la hora de crear una empresa. En el papel se podría pensar que no es tan complejo como yo lo describo, pero la verdad es que este es un punto en el cual yo hago mucho énfasis y llamo constantemente a la reflexión. En próximos artículos hablaré extensamente de mis experiencias personales, pero por el momento me limitaré a tratar el tema en un ambiente general.

¿Por qué Crear una Sociedad?

Esta es una de las preguntas que yo más me hecho en mi vida universitaria y profesional. Y usualmente tengo las mismas respuestas: no lo puedo hacer todo yo (claro, esto depende del proyecto), mi área de conocimientos es limitada, otras personas pueden traer valor al proyecto, las personas tiene conocidos y referidos, entre otros.

Sinceramente pienso que las sociedades son necesarias. A veces son un gran beneficio, a veces son un mal necesario.

Entendiendo las Sociedades

Las sociedades al final del día están compuestas por personas. ¿Obvio, no? Si muy obvio. Y como están conformadas por personas, los factores humanos son primordiales para entenderlas: las emociones (ira, felicidad, angustia, amor), las acciones y el día a día que afectan las mismas. Sigue siendo bastante obvio, ¿cierto? Pero por obvio que parezca, todas estas expresiones humanas hacen que a diario desaparezcan sociedades por motivos personales. Desafortunadamente no existe una fórmula mágica para llevar a cabo una relación. Aunque podría ser afortunadamente, porque esto es parte del vivir y parte de la riqueza de la vida. Pero no quiero entrar a temas filosóficos, así que continuemos.

Todas las relaciones humanas tienen sus altibajos. ¿Cuántas parejas duran años de novios y al casarse la relación se acaba? Por otro lado, ¿cuántas parejas llevan décadas casados y todavía se quieren como si fuera el primer día? A las anteriores preguntas les respondería muchos y pocos, respectivamente. Otros podrían responder algo diferente, pero el punto no es en si la respuesta, sino mostrar los diferentes resultados que puede tener una aparente misma relación humana. Cada interacción que realizamos, cada vez que hablamos y como lo hacemos, y con cada gesto que tenemos, vamos marcando el camino que toma nuestra relación.

Dime con Quién Andas y te Diré Quién Eres

Hay una expresión que escuchaba mucho en mis años adolescentes y era «dime con quién andas y te diré quién eres». En ese entonces los mayores se referían al grupo de amigos con los cuáles andábamos. Si frecuentábamos los «malos», éramos vistos como malos, si estábamos con los «buenos», pues éramos los buenos, todo por una ligera y poca trascendental asociación.

Hoy en día esta frase toma mucho sentido a la hora de crear empresa y esto es por muchas razones. Primero que todo, al crear una sociedad usted debe buscar rodearse de personas que lo complementen. Por ejemplo, si usted es un ingeniero de sistemas muy bueno en la parte técnica pero malo en la administrativa y usted se rodea de personas semejantes, con sus mismas fortalezas y debilidades, seguramente van a poder crear un software de altísima calidad. Pero si ninguno tiene experiencia en las áreas administrativa, de marketing y ventas, será muy difícil sacar adelante a la empresa y lograr ventas de sus productos. Es decir, sus socios deben ser complementarios para darle mayor valor a la sociedad. Este además es uno de los puntos que se evalúa más seriamente con los inversionistas.

Un segundo aspecto muy importante tiene que ver con la venta de los socios. Si así es, en las sociedades muchas veces antes que vender un producto se vende es la persona. Le voy a dar un ejemplo muy sencillo. Estoy seguro que en más de una ocasión usted adquirió un bien o servicio por que el vendedor logró convencerlo de sus grandes ventajas y beneficios. Seguramente usted no lo necesitaba, nunca lo había considerado, pero el vendedor fue tan convincente que finalmente usted decidió comprarlo. Así no parezca a primera vista, la verdad es que usted NO compró un producto, sino que adquirió lo que el vendedor le dijo (usted no hizo una compra, a usted le vendieron algo, que es son dos conceptos muy diferentes). La realidad es que usted compró fue al vendedor, a su discurso de ventas. Algo similar ocurre con las sociedades, donde los socios muchas veces deberán venderse (literalmente), ya sea para conseguir clientes, alianzas comerciales, inversionistas privados o un crédito bancario, entre otros. Es por esto que factores aparentemente insignificantes e intranscendentales, como la presencia física, la forma de hablar, los conocimientos, entre otros, empiezan a jugar un rol determinante. Así que pregúntese, ¿con quién o acompañado de quienes le gustaría conseguir el gran negocio de su vida? Esta respuesta debe ser contestada con cabeza fría, dejando al lado la amistad, ya que no es una situación trivial y de la misma puede depender su empresa y el desarrollo de su plan de vida.

Tercero, si su sociedad prospera, va a tener que estar rodeado de sus socios por un buen tiempo. Si se presentan roces puede que uno de los socios le compre su participación en la empresa al otro, así como puede suceder que ninguno ceda y se tengan que ver las caras por muchos años. Las ganancias de las empresas pueden hacer que estos roces pasen a un segundo plano, pero es importante tener muy presente este tema.

Cuarto y último, está el aspecto de la reputación de los socios. Aunque es un aspecto que muchas veces se ignora, es importante saber quién es el socio y de donde obtiene su dinero. Para algo tan trivial como abrir una cuenta bancaria, el banco revisará quienes son los accionistas. Si uno de los socios ha tenido problemas en el pasado, en especial si ha tenido problemas con lavado de activos y/o terrorismo, la empresa podrá ser vetada. Yo se que este tema es extremo y seguramente muy lejano a su realidad, pero en la globalización esto es un tema recurrente y el cual no se puede pasar por alto.

Cuando usted inicie una sociedad o lo inviten a formar parte de una, mi consejo es revise bien quiénes son sus socios. En el papel todo son flores y es perfecto. Por favor, mire más allá, reflexione, realice integraciones con estas personas (un paseo no sería mala idea), conozca a sus familias, sus gustos, sus disgustos, su forma de reaccionar ante diferentes situaciones. Conózcalos, conózcalos y conózcalos aún más.

Antes de cerrar, quiero dejarlo con una reflexión que hace un importante inversionista ángel de Estados Unidos. Él afirma constantemente que no invierte en grandes ideas de negocio. Esto para este inversionista es secundario. Por el contrario, dice que él invierte es en la gente, específicamente en el grupo de trabajo. Él solicita conocer a la gente en la cual va a invertir varios millones de dólares y si es convencido por ellos, invierte. Si el grupo de trabajo no es convincente, sin importa si la idea es revolucionaria y con un gran potencial de negocios, él sencillamente no invierte en ellos.

Imagen tomada de Flickr.com

2 comentarios
  1. Aspectos Generales para crear Sociedades
    Muy bueno este artículo me gusto mucho te felicito.

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