
En este momento de la ruta para ser emprendedor, se han tomado dos grandes pasos: definir la idea y la «espina» y analizar y prepararse. Hemos dados estos dos pasos vitales y ahora viene el momento de la verdad, al decidir empezar en forma nuestro emprendimiento.
Tomar la decisión de iniciar un emprendimiento, no siempre es fácil. De hecho, usualmente es una de las decisiones más difíciles de tomar. Esto es así, por que se debe iniciar la vida del emprendedor, que puede significar entre otros, dejar un sueldo cómodo y fijo, lanzarse a una escenario incierto y con la posibilidad de fracasar.
Para la mayoría de emprendedores y proyectos empresariales, se recomienda abandonar el trabajo fijo y dedicar tiempo completo al mismo. Para esto, en la fase de prepararse, hemos debido crear las condiciones para subsistir durante varios meses o años, mientras el emprendimiento se vuelve autosostenible.
Para algunos emprendedores, la opción de abandonar su trabajo pago no siempre es factible. Aunque es una ruta recomendada, hay situaciones especiales en las cuáles esto no es posible. Si este es tu caso, analiza muy bien qué vas a hacer y qué alternativas encuentras para hacer esto posible. Por ejemplo, yo he visto emprendedores que siguen en su trabajo pago, pero quizás reducen la intensidad horaria a la mitad. O por ejemplo, cuando son varios los socios del emprendimiento, uno o dos se dedican de lleno al proyecto, mientras los otros siguen trabajando y ayudando con los gastos de los primeros.
Sin embargo, vuelvo y digo que la mejor opción es dedicarse de lleno al proyecto, con una buena preparación previa.
De la misma forma, muchas veces se recomienda que tengamos un plan B, por si las cosas no salen como deseamos. Esto usualmente significa que si después de un número de meses no tenemos las ventas que esperábamos, regresamos a un trabajo pago. En mi primer gran emprendimiento yo tenía este plan B y adivina, ¡tuve que usarlo! Por eso para este segundo gran emprendimiento no tengo plan B y solo una gran opción. En este caso, el fracaso como resultado global no es una opción (he tenido fracasos pequeños, lo cual es normal y controlable) y he sido más exitoso. No es que no recomiendo el plan B, pero en mi caso esto ya no es una opción.
Empezar un emprendimiento no es fácil y requiere muchos cambios, paciencia y organización. Debes tener fijado un cronograma con metas y mirar cómo poco a poco vas logrando estas. De la misma forma, debes aprender a trabajar de forma diferente, usualmente sin jefe y tu siendo el que manda. Esto no es para todo el mundo y muchas veces no sale.
En el próximo artículo profundizaré sobre si se debe trabajar de tiempo completo o a medias. Es parte de esta decisión, pero es un tema tan importante que requiere una reflexión aparte. ¡No te los pierdas!
Imagen tomada de Flickr.com
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