Me quebré, ¿ahora qué hago?

En el año 2008, la empresa que había creado y a la cual le había puesto todo mi esfuerzo, invertido recursos y tiempo estaba en la quiebra. Hoy en retrospectiva puedo reconocer que cometí muchos errores, muchos de ellos por inexperiencia. Actualmente y por un buen tiempo estoy pagando deudas que asumí con esta empresa.

No es fácil vivir la quiebra de una empresa, que además en mi caso, se volvió una quiebra a nivel personal. Como he mencionado en el pasado, usualmente nos enseñan a que el fracaso se tiene que evitar a toda costa, pero no nos enseñan a ser exitosos. Por ejemplo, es triste ver como muchas personas que tienen problemas en sus empresas o problemas financieros personales acaban tomando decisiones extremas, como el acabar con sus vidas. Sin embargo, esta quiebra me mostró que esta situación no tiene por que ser el fin del mundo.

Cuando entendí que mi empresa estaba al borde de la quiebra, fue algo muy duro para mi. Había llegado a un punto dónde no quería saber nada sobre mi empresa y literalmente, quería botar la toalla. Estuve triste y deprimido, y fue una situación que no solo me afectó a mi, sino a varios miembros de mi familia.

Un error que cometí con esta empresa, es que desde un inicio tenía un plan B. Sabía que si la empresa fracasaba, podía emplearme y salir adelante. Esto desafortunadamente se convirtió en una premonición y sucedió tal cual lo había planificado. Aunque pensaba que esto nunca iba a suceder, se volvió mi realidad y de una forma relativamente veloz. En mi emprendimiento actual no tengo plan B, ya que no tengo pensado por el momento una alternativa. De hecho, la única alternativa es sacar adelante mi empresa.

Cuando uno se quiebra o vive una situación difícil, muchas veces no vemos con claridad. Entre otros, no sabemos cómo vamos a salir de esa difícil situación y cómo el día de mañana será mejor. Con esta experiencia yo aprendí que hay muchas personas dispuestas a darnos la mano, así como también hay quienes huyen o incluso aprovechan nuestra mala situación para sacarle provecho económico. En este punto mi familia cercana fue clave para salir de esta situación y mostrarme que tenía un excelente futuro.

Después de la quiebra, estuve triste por varias semanas, pero esto me sirvió como un pequeño periodo sabático. No tenía trabajo y debía pensar que iba a hacer con mi vida. Como lo había planeado, conseguí trabajo, aunque no era el trabajo de mis sueños. A pesar de esto, fue un trabajo que me ayudó a crecer, a volver a pararme y respetarme, así mismo me enseñó muchas cosas.

Tanto la ayuda de mis familiares como este trabajo y después un estudio que realicé, fueron claves para recuperarme. Antes de cumplir los 2 años de la quiebra de la empresa, había renunciado a esta empresa y estaba iniciando mi nuevo emprendimiento.

Si alguna vez se quiebra, busque ayuda con sus familiares y amigos. Muchos lo ayudarán. Además, esta experiencia es muy enriquecedora para su futuro. Ojalá no fuera tan duro quebrarnos, pues lo que se aprende de esta experiencia no lo enseñan en los libros ni en las escuelas. Alguien que se quiebra y aprende de esta experiencia mirará la vida de forma diferente y estará mejor preparado que muchas otras personas que no han pasado por tal situación.

Imagen tomada de Flickr.com

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