
Inicio este artículo regresando al pasado, quizás unos 13 o 14 años, a mi época de universitario. En ese entonces tenía una idea de negocio bastante innovadora y buscaba sacarla adelante. Había reunido a varios de mis compañeros, todos de la misma edad (en ese entonces tendríamos entre 20 y 22 años), para que me acompañaran en este proyecto. También habíamos buscado la ayuda de otras personas, incluyendo profesores de nuestra universidad.
Así como tuve esta experiencia con este profesor, he tenido la oportunidad de compartir mis múltiples ideas de negocios con muchas personas. En términos generales, las personas son amables y les llama la atención las ideas. Sin embargo, de vez en cuando está la persona que no le gusta la idea, lo cual es perfectamente normal. Con el tiempo he aprendido a manejar y entender a estas personas, de la forma que expongo a continuación.
Para empezar, creo que nadie tiene la verdad absoluta: ni quienes me critican, ni quienes me apoyan, ni mucho menos yo. La vida es una ruta de aprendizaje, y siempre habrán opiniones, pocas veces verdades absolutas.
A pesar de lo anterior, cuando encuentro alguien que no le gusta mis ideas o me critica, lo abordo desde dos puntos de vista. Primero están los que critican con el ánimo de construir y de ver cosas que yo no he visto. Creo que estas eran las intenciones de ese profesor que comenté al inicio. Hacen estos comentarios de buena fe, con el ánimo de que evitemos errores. Muchas veces yo intento entender lo que dicen y basado en sus comentarios, construir algo mejor. De hecho, como resultado de es reunión con ese profesor, fue claro que teníamos que mejorar algunas debilidades que tiene nuestro proyecto.
Pero así como hay críticas constructivas, también están las destructivas. Estas vienen de personas que usualmente creen saberlo todo y que lo que ellos dicen es la verdad todo el tiempo. A estas personas puede que las escuche, pero usualmente no les hago caso. Con estas personas intento que el contacto sea mínimo, pues las considero tóxicas y que no aportan nada en mi vida, ni en mis proyectos personales. Seguramente usted conoce a algunas personas que son así.
De la misma forma como a mi me han criticado, muchos emprendedores me han pedido que evalúe sus proyectos. Me encanta hacer esto, pero siempre les digo a estas personas que mis comentarios son superficiales y que puede que esté equivocado. Después de decir esta salvedad, nunca les critico al punto de decir «su idea no servirá». Por el contrario, intento enfocar mis aportes hacia cosas como «usted no ha pensado …» o «sería interesante que su idea la ofrecieran…». Con esto busco compartir ideas constructivas más no criticas. Esto lo hago, pues entiendo que así se construye y no soy nadie para decirle a otra persona que su idea no funcionará.
La próxima vez que comparta su idea de negocios y encuentre estos obstáculos, ya sabe que hacer. En este mundo nadie es adivino y es imposible saber lo que sucederá. Muchos grandes empresarios del pasado fueron objetos de burlas, pues nadie pensaba que sus productos iban a ser exitosos. Las grandes invenciones que tenemos en la actualidad (computadores, celulares, aviones, carros, etc.), son un testimonio de que todo es posible y nadie tiene la verdad absoluta.
Imagen tomada de Flickr.com
Deja una respuesta