Una de las grandes lecciones que he aprendido como emprendedor, es que cada cierto tiempo debemos analizar el estado de nuestros proyectos. Cuando se inicia un emprendimiento, es usual que nos pongamos unas metas y tracemos una ruta, la cual en general pensamos que nos va a llevar muy lejos. Más allá de estos sueños, es importante tener un cronograma que acompañe a nuestros sueños. De esta forma, podemos analizar y controlar nuestro desarrollo y si vamos por buen o mal camino.
Los sueños que tenemos como emprendedores, usualmente requieren de tiempo, mucho trabajo y algo de paciencia. En ocasiones, por ejemplo cuando tenemos que mantener una familia o pagar deudas, no nos podemos dar el lujo de esperar mucho tiempo a que las cosas se den. En otras podemos ser más flexibles y tener una tolerancia más grande para que los sueños se vuelvan una realidad. El nivel de tolerancia lo definirá cada emprendedor frente a su situación actual.