Cuando yo di partida a la creación de mi empresa tenía 19 años. Consolidar la empresa y encontrar lo que quería hacer con esta tomó varios años, pero al lanzarla, igual seguía siendo muy joven (tenía 23 años). En ese momento yo no tenía grandes contactos y mucho menos un nombre reconocido. Había tenido la experiencia de realizar algunos trabajos como «freelance», pero nunca había trabajado como empleado para una empresa.
Los socios con los que creé y desarrollé la empresa tenían una situación muy similar a la mía. Todos éramos jóvenes, contábamos con poca experiencia y los únicos trabajos que ostentábamos, eran los de la práctica empresarial o algún trabajo que habíamos conseguido en vacaciones. En resumen, éramos una empresa muy joven, con poca experiencia. Cuando quedamos finalistas del concurso Ventures en el año 2005, visiblemente éramos los más jóvenes. Nuestra edad promedio era de 23 años y el mayor tenía 26 años.
Hoy en día analizo esta juventud tanto como una fortaleza como una debilidad. Sin duda, la inexperiencia jugó un rol vital a la hora de desarrollar la empresa. Igual creo que existieron otros factores que fueron más decisivos, pero es importante incluir este comentario.
No estoy diciendo que los jóv