Siempre he pensado que el mundo está lleno de oportunidades y posibilidades que se nos presentan a diario. Además creo que estas oportunidades se nos presentan a todos. Por salvedad del argumento, asumamos que a algunos se les puede llegar a presentar más oportunidades que a otros. Pero creo que a todos se nos presentan algunas oportunidades en diferentes momentos de nuestras vidas. El punto está es en cómo aprovechamos o no aprovechamos las oportunidades, no en si se presentan o no. Y el aprovechar las oportunidades es un tema muy humano, de decisión, de muchas vez dar ese primer paso.
Las sociedades modernas en las que vivimos (o al menos la mayoría de los lectores de este Blog), nos imponen ciertas restricciones, querámoslo o no. Por ejemplo, muchas veces vemos como los adinerados (o ricos) pareciera que se les facilitara obtener dinero. Por el contrario los que tienen menos, pareciera que se les hace más difícil obtener dinero. Puede que sea cierto que al rico se le presentan más oportunidades, pero en algún momento u otro quienes tienen menos verán oportunidades. De hecho, existen muchos grandes empresarios que empezaron con muy poco o nada de dinero, pero encontraron esa oportunidad y la aprovecharon. En Colombia se me viene a la mente el caso de John Gómez, dueño de productos Familia, quien nació en una familia muy pobre, pero en un momento encontró esa oportunidad y la tomó.
Existen muchas razones para decidir si se toma o no se toma una oportunidad. De entrada pueden estar razones personales, del estilo de «no quiero», «esa oportunidad no me gusta» o «esperemos a otra oportunidad mucho mejor». También se encuentran las oportunidad