Como emprendedor que he sido por más de 18 años y además, en contacto permanente que he tenido con múltiples emprendedores en este lapso de tiempo, he llegado a la conclusión que muchos le tenemos miedo a la competencia. De hecho, este miedo usualmente inicia cuando estamos creando la idea de negocio, pues no nos gusta compartirla con nadie, pues creemos que nos la pueden robar. Aunque este primer miedo puede hacerse realidad, he aprendido con el paso del tiempo que la idea la pueden robar al contarla o de otra forma. De hecho, creo que es peor quedarnos callados sin compartir la idea, esperando el momento preciso para lanzar nuestro proyecto al aire.
Hace un par de semanas la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE) publicó los resultados del primer estudio de comercio electrónico en Colombia. Según los resultados se encontró que en el 2013 (ojo, el estudio entregado fue con cifras del 2013 y no del 2014) las ventas de tarjeta de crédito y débito, a través de las redes de pago fueron de $8,283 millones de dólares. Esto corresponde al 2,19% del PIB de dicho año.
La verdad es que estas cifras sorprendieron a más de una persona. Si bien es cierto que se sabía que el crecimiento del comercio electrónico en los últimos años ha sido grande, los más optimistas creían que por mucho esta cifra llegaba al 0,5% del PIB. Por esta razón para todos los que estamos en esta industria esta es una excelente noticia.
Esta es la segunda parte de una serie de artículos que estoy escribiendo sobre las diferentes herramientas que se deben utilizar para que su empresa logre implantar una estrategia de Océanos Azules, de acuerdo a lo descrito por W. Chan Kim y Renee Mauborgne en su libro “La estrategia del océano azul”. En la anterior publicación hablé del Lienzo Estratégico, y cómo esta herramienta sirve para diagnosticar una estrategia de océano Azul. En esta publicación describiré la siguiente herramienta utilizada: La cruz de las cuatro acciones.
Esta herramienta se utiliza para integrar a la curva de valor del lienzo estratégico nuevos factores de valor con una cruz de las siguientes cuatro acciones CREA: Crear, Reducir, Eliminar y Aumentar. Estas acciones se realizan de la siguiente manera:
– Crear: se deben crear factores nuevos en la industria, que no se hayan ofrecido antes generando valor para los clientes y una nueva demanda.
– Reducir: se deben reducir algunos factores de la industria que sean consecuencia de la carrera que busca ganarle a la competencia.
– Eliminar: se deben eliminar algunos de los factores en los que se basa actualmente la competencia de la industria y en las que se fundamentan en la actualidad para compararse.
– Aumentar: se deben determinar los factores que deben ser aumentados mucho más allá de lo que actual
En una de las últimas publicaciones que realicé para este blog, hablé de la estrategia de océanos azules y cómo se diferencias de los océanos rojos, de acuerdo a lo escrito por W. Chan Kim y Renee Mauborgne en su libro “La estrategia del océano azul”. En dicho post, resumí lo descrito por estos autores presentando los principios que exponen, pero con el fin de complementar lo escrito, en este y las próximas dos publicaciones expondré tres herramientas con las que los emprendedores y empresarios pueden moverse de un océano rojo con mucha competencia donde los diferentes jugadores buscan ventajas competitivas en valores que ya se le ofrecen a los clientes hacia océanos azules donde se buscan nuevos valores.
La primera herramienta se llama el Lienzo Estratégico. Esta herramienta sirve para diagnosticar una estrategia de Océano Azul. La razón es que por un lado es posible observar en donde se encuentra mi empresa en relación a los competidores y por otro lado se puede ver en que ítems están invirtiendo los demás competidores para destacarse incluyendo los factores en los que basan la competencia y el valor que reciben los clientes mediante la oferta de productos y servicios.
Para desarrollar un lienzo estratégico lo primero que hay que determinar son los factores en los que invierte la industria. Una vez se hayan determinado dichos factores es posible proceder a calificar a nuestra empresa (producto o servicio) y a la competencia en un rango determinado. Con estos datos es posible construir la curva de valor, que es el componente básico del lienzo estratégico. En el eje horizontal se ingresan los diferentes factores y en el eje vertical se ingresa el rango de calificación de dichos factores. A continuación se presenta un ejemplo de la herramienta.
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En la última publicación que hice en este blog hablé sobre la innovación inversa, mediante la cual se intenta salir de los muy competidos mercados del mundo desarrollado y realizar soluciones económicas para otras economías menos competidas de los países en vía de desarrollo. Dicho artículo me recordó otro tema del cual se ha venido hablando desde el año 2005, con la publicación de el libro de W. Chan Kim y Renee Mauborgne “La estrategia del océano azul”.
En este libro los autores exponen que las empresas pueden competir bien sea en océanos rojos donde muchas empresas están compitiendo por el mismo mercado y los mismos clientes y las reglas de juego ya están definidas o en océanos azules, donde se crea un nuevo espacio sin competencia en el mercado. Los autores del libro aconsejan a los empresarios que se desarrollen en este último debido a que en este se alejarán de sus competidores y estos se tornarán irrelevantes para ellos al crear y captar nueva demanda y no la existente.
Para desarrollar una estrategia de océanos azules, Kim y Mauborgne presentan los siguientes principios de formulación:
1. Creación de espacios nuevos de consumo: según los autores se debe establecer un proceso estructurado que logre que se amplíen los límites del mercado
2. Centrarse en el cuadro global y no en los números: de acuerdo a lo que plantean los autores, mas allá de los números que nos llevan a la táctica hay que plantear una verdadera estrategia global, en lo que llaman ell
Hace un par de meses abordé el tema de la creación de la Idea de Negocio y cuáles eran algunos lineamientos para crear buenas ideas. Mi objetivo en ese artículo fue mostrar una introducción al proceso de creación de ideas de negocio que a mí me ha servido y que espero a usted también le sirva. Si no ha tenido la oportunidad de leerlo, lo invito a hacerlo ahora. Más adelante daré otros trucos y ejemplos que me han servido para generar ideas de negocios, pero por el momento quiero centrarme en el valor de la Idea de Negocios.
Todos los negocios que usted conoce existen por que en algún momento alguien tuvo una idea. Claro, no basta con tener la idea, toca llevarla adelante. Pero tener una buena idea es el primer paso para cualquier gran negocio. Ahora, cuando creamos una idea, ¿Cómo sabemos si esta es «buena» o «mala»? Parece simple, muy simple de hecho. ¿O no?
Yo parto de un principio muy elemental y es una filosofía con la que intento regir mi vida: No existen ideas malas. Y este principio siempre lo utilizo cuando me siento a pensar en ideas para crear nuevos emprendimientos. Esta filosofía la utilizo por muchas razones, pero para este caso existen 2 factores que validan esta visión. El primero es que algo sea bueno o malo es relativo y depende de quién lo analice. Una idea puede ser buena para mí, pero para usted es mala. Incluso los conceptos de bueno o malo dependen mucho del tiempo y el espacio. Segundo, una idea «mala» puede ser pulida y mejorada, convirtiéndola en la gran idea del millón de dólares.
Por lo anterior, yo nunca desecho de entrada una idea. Al analizarla pueda que la encuentre poco viable, costosa, impráctica y todos los adjetivos que usted desee. Pero solo después de un análisis profundo, de mirar diferentes ángulos y factores, decido que esa idea no debe prosperar, al menos por el momento. Esta es una recomendación que yo considero muy práctica, pues cuantos negocios se han creado a partir de ideas sencillas, «locas» o «malas». Un gran ejemplo es la industria del embotellamiento de agua. Es una idea sencillísima, que pareciera