Esta es la tercera publicación de este seriado, que quise dedicar a errores que cometen frecuentemente las personas que son jefes y que tienen personas a cargo. En mis dos publicaciones anteriores hablé de formas erróneas de corregir a nuestros empleados y de la dificultad que tienen muchos jefes a la hora de delegar. En esta nueva publicación hablaré de otro inconveniente que es igual de importante a los ya mencionados: volver indispensables a personas dentro de nuestro equipo.
Muchas veces se dice que no hay nadie indispensable en nuestra vida y mucho menos en una compañía. Aunque es un dicho muy común, muchas veces dista de la realidad. En muchas ocasiones nosotros como jefes terminamos volviendo a una persona indispensable pues le asignamos tareas críticas y no se le enseña a nadie más a hacerlas. En ocasiones lo hacemos porque pensamos que es la mejor persona de nuestro equipo que lo puede hacer, o quizás porque el resto de empleados tienen otras tareas asignadas, pero sea cual sea la razón, tener personas indispensables en nuestro equipo, puede llegar a ser muy peligroso.