Como emprendedor que he sido por más de 18 años y además, en contacto permanente que he tenido con múltiples emprendedores en este lapso de tiempo, he llegado a la conclusión que muchos le tenemos miedo a la competencia. De hecho, este miedo usualmente inicia cuando estamos creando la idea de negocio, pues no nos gusta compartirla con nadie, pues creemos que nos la pueden robar. Aunque este primer miedo puede hacerse realidad, he aprendido con el paso del tiempo que la idea la pueden robar al contarla o de otra forma. De hecho, creo que es peor quedarnos callados sin compartir la idea, esperando el momento preciso para lanzar nuestro proyecto al aire.
Hoy iniciamos en el Blog Un Emprendedor, con una nueva serie sobre los pasos que debe tomar todo emprendedor en esta ruta. Esta serie busca ser una guía y ayuda para aquellos que van por esta hermosa ruta, pero que necesitan una ayuda o un empujón. Espero que disfruten de estos artículos, que les saquen el máximo provecho y que compartan sus ideas con nosotros.
Para esta primera entrega, empiezo con el primer paso y el más básico. Este lo subdivido en dos: la idea y la espinita. Por un lado, me he dado cuenta que la mayoría de emprendedores, tiene en sus venas, cuerpo y ADN esas ganas de ser emprendedor. Algunos tienen esto muy claro, pero otros la desarrollan o encuentran con el tiempo. A esto es lo que llamo la «espinita».
En múltiples artículos anteriores de este Blog, hemos hablado de la importancia de crear ideas de negocios y en lo posible, después llevarlas más estructuradas, principalmente a través de planes de negocios. Estas dos etapas de la elaboración de un emprendimiento son muy importantes y lo ideal es que las dos se realicen antes de iniciar el emprendimiento. Para algunos estas etapas son muy complejas y tomarán tiempo, de hecho yo he sostenido en el pasado que es imposible llegar a la versión perfecta de un plan de negocio, pues siempre podrá ser mejor.
Ahora, después de realizar la idea y/o plan de negocios, debemos pasar a la acción. He notado que muchas veces esto no es fácil y hay muchas razones para ello. Por ejemplo, si se desarrolla un proyecto que requiere mucho capital y los emprendedores no cuentan con este, es posible que el inicio de este proyecto se dilate hasta no conseguir el mismo. En otros casos, muchos emprendedores tienen un trabajo y hasta no ver que este proyecto es una realidad no empiezan a trabajar en el mismo, y por ende nunca arranca.
Iniciar un proyecto emprendedor no es fácil, nunca lo es. Además de las dos razones anteriores que di, hay muchas más, que a la hora de la verdad se convierten en excusas para no dar el primer paso. Puede que estas razones sean muy válidas y estoy seguro que lo son, pero si no damos ese primer paso el resultado es que nunca se va a iniciar el proyecto.
En este artículo quiero invitarlo a que dejemos esas excusas al lado y se de el primer paso. Puede que no tengamos el dinero, ni el tiempo, ni la experiencia ni muchas otras cosas más. Pero si no nos
Hace algunos meses escribí un artículo sobre cómo vender emprendimientos. En ese artículo mostré elementos como probar que una idea sirve, lo cual puede ser importante para un emprendedor. Sin embargo el tema de vender una idea emprendedora es mucho más complejo que mostrar una buena idea o producto funcionando. Sin lugar a duda la buena idea o el producto funcionando es importante, pero existen otros factores que son esenciales y que no pueden ser pasados por alto por ningún emprendedor.
Aunque son diversos los elementos que se deben tener en cuenta a la hora de vender un emprendimiento, yo me quiero centrar en 3 que considero vitales. El primero, que es el más lógico y que ya mencioné, es una buena idea de negocios o en su defecto un producto o servicio ya funcionando. El segundo, es la forma como los emprendedores «nos vendemos» a nivel personal. Y el tercero, complemento del segundo aspecto, es la conformación y venta del equipo de trabajo. A continuación analizaré cada uno de estos elementos.
Cualquier emprendimiento, nace de una idea. Todos los días tenemos ideas, pero muy pocas de estas llegan a convertirse en producto que pueda ser comercializado y por el cual se recibirá algo a cambio, por ejemplo dinero. Algunos conceptos de negocio se basan en ideas muy complejas, otros en ideas muy sencillas. De forma que aunque la idea es un elementos importante, muchas veces lo principal es el cómo comercializar la idea, es decir, cómo convertirla en algo p