Esta es mi última publicación del seriado que dedico a errores que con frecuencia los jefes cometemos. Durante las últimas once publicaciones he mencionado varios errores que los jefes cometen y en muchas ocasiones sin siquiera darse cuenta de las implicaciones que esto tiene para su personal y para la empresa. Los que he mencionado son los siguientes:no propiciar un buen ambiente de trabajo, corregir de manera errónea a los empleados, no tener la capacidad de delegar, tener personas indispensables en su equipo, no escuchar a nuestro equipo de trabajo, no dar ejemplo, no tomar decisiones, no propiciar el crecimiento de su equipo, no promover la disciplina, tener analistas que sólo ejecutan y creer que como jefes siempre tenemos la razón. Lo invito como lector a que lea estas publicaciones pues analizo cada uno de estos y hago reflexiones sobre los que ocurre cuando los cometemos.
Otra vez escribo una nueva entrega para este seriado que he dedicado a errores que con frecuencia los jefes cometen. Esta es mi onceava publicación y pronto finalizará este seriado. Antes de seguir lo invito a leer sobre otros errores comunes que se cometen cuando tenemos gente a cargo:no propiciar un buen ambiente de trabajo, corregir de manera errónea a los empleados, no tener la capacidad de delegar, tener personas indispensables en su equipo, no escuchar a nuestro equipo de trabajo, no dar ejemplo, no tomar decisiones, no propiciar el crecimiento de su equipo, no promover la disciplina y tener analistas que sólo ejecutan. Hoy hablaré de un tema relacionado con el error que ya mencioné sobre no escuchar a nuestro equipo, pero con un agravante y es creer que cómo jefes siempre tenemos la razón.
Esta es una de las últimas publicaciones que realizo con respecto a errores que en ocasiones los jefes cometen. Entre estos hemos venido avanzando por los siguientes:no propiciar un buen ambiente de trabajo, corregir de manera errónea a los empleados, no tener la capacidad de delegar, tener personas indispensables en su equipo, no escuchar a nuestro equipo de trabajo, no dar ejemplo, no tomar decisiones, no propiciar el crecimiento de su equipo y no promover la disciplina. En esta publicación hablaré de un error, que muchas veces ocurre en empresas con grupos de trabajo grandes y con diferentes niveles, que es tener analistas que sólo ejecutan y no se dediquen a analizar.
En las últimas ocho publicaciones de este seriado, he mencionado algunos errores que en ocasiones cometen los jefes en la empresas: no propiciar un buen ambiente de trabajo, corregir de manera errónea a los empleados, no tener la capacidad de delegar, tener personas indispensables en su equipo, no escuchar a nuestro equipo de trabajo, no dar ejemplo, no tomar decisiones y no propiciar el crecimiento de su equipo. Como puede ver todos estos casos tienden a relacionarse con jefes que son muy estrictos, poco asequibles y controladores. Sin embargo muchas veces estos también pueden llegar a cometer errores por ser todo lo contrario: poco estrictos.
Esta es la octava publicación sobre algunos de los errores que en ocasiones cometen los jefes. Entre las equivocaciones que he venido mencionado están no propiciar un buen ambiente de trabajo, corregir de manera errónea a los empleados, no tener la capacidad de delegar, tener personas indispensables en su equipo, no escuchar a nuestro equipo de trabajo, no dar ejemplo y no tomar decisiones. Para esta ocasión hablaré de un error que creo que más que todo está ligado a los egos de algunos jefes y lo voy a titular como no propiciar el crecimiento del personal.
Para esta nueva publicación del seriado que he destinado para hablar de errores que los jefes en ocasiones cometemos voy a hablar de uno que es muy importante que como líder de su equipo debe aprender a manejar: no tomar decisiones. Antes de seguir recuerde que en este seriado he venido hablando de diferentes errores entre los cuales están: no propiciar un buen ambiente de trabajo, corregir de manera errónea a los empleados, no tener la capacidad de delegar, tener personas indispensables en su equipo, no escuchar a nuestro equipo de trabajo y no dar ejemplo. Lo invito a que los revise antes de continuar con esta publicación.
Nuevamente les presento a todos nuestros lectores una nueva publicación del seriado más largo que he escrito, dedicado a todos esos errores que los jefes cometemos de manera consiente o inconsciente. Si usted no ha tenido la oportunidad de leer mis publicaciones anteriores, las invito a revisarlas. Los temas que he venido tratando son los siguientes: no propiciar un buen ambiente de trabajo, corregir de manera errónea a los empleados, no tener la capacidad de delegar, tener personas indispensables en su equipo y no escuchar a nuestro equipo de trabajo.
Este es quizás el seriado más largo que he realizado durante el tiempo en que llevo escribiendo para un emprendedor y lo he dedicado a errores típicos que cometen aquellas personas que tienen a cargo trabajadores. Así he venido hablando de formas erróneas de corregir a los empleados, no tener la capacidad de delegar, no tener personas indispensables en su equipo y no escuchar a nuestro equipo de trabajo. En esta quinta publicación hablaré de otro de los errores que en ocasiones se cometen y es no propiciar un buen ambiente de trabajo.
Con esta nueva publicación sigo avanzando en el seriado que decidí destinar a errores que cometen frecuentemente los jefes. Antes de seguir leyendo, lo invito a que se remita a las publicaciones anteriores donde hablé sobre formas erróneas de corregir, no tener la capacidad de delegar y tener personas indispensables en su equipo.
Ahora si entremos en materia. Otro de los errores que son comunes en las empresas y que los jefes cometen con frecuencia es no escuchar a su equipo. Es cierto que si somos los jefes es porque seguramente tenemos unas características que por lo general no tiene el resto de nuestro equipo, como ciertos conocimientos específicos y experiencia.
Esta es la tercera publicación de este seriado, que quise dedicar a errores que cometen frecuentemente las personas que son jefes y que tienen personas a cargo. En mis dos publicaciones anteriores hablé de formas erróneas de corregir a nuestros empleados y de la dificultad que tienen muchos jefes a la hora de delegar. En esta nueva publicación hablaré de otro inconveniente que es igual de importante a los ya mencionados: volver indispensables a personas dentro de nuestro equipo.
Muchas veces se dice que no hay nadie indispensable en nuestra vida y mucho menos en una compañía. Aunque es un dicho muy común, muchas veces dista de la realidad. En muchas ocasiones nosotros como jefes terminamos volviendo a una persona indispensable pues le asignamos tareas críticas y no se le enseña a nadie más a hacerlas. En ocasiones lo hacemos porque pensamos que es la mejor persona de nuestro equipo que lo puede hacer, o quizás porque el resto de empleados tienen otras tareas asignadas, pero sea cual sea la razón, tener personas indispensables en nuestro equipo, puede llegar a ser muy peligroso.