Siglos atrás, para montar un negocio, las personas simplemente tenían una idea y empezaban a ejecutarla, es decir a salir y a vender. Hoy en día nos es muy difícil pensar en tener una idea y salir de una a vender sin antes pasar por una etapa de planeación, estructuración y determinación de los procesos. Es por este motivo que los emprendedores nos apoyamos en Planes de Negocio para estructurar nuestra empresa.
Sin embargo, en muchas ocasiones he estado presente en diferentes discusiones sobre que tan buenos son los planes de negocio, pues como se dice coloquialmente, el papel aguanta todo y podemos crear historias maravillosas en este, pero al ejecutarlos todo esto se viene abajo y el plan de negocio simplemente es el reflejo de una fantasía con la que sueña el emprendedor.