Cuando decidí independizarme y unirme a la empresa que mi hermano había fundado hacía un par de años, obviamente el tema de los clientes me preocupaba enormemente. Esto era natural, pues como cualquier emprendimiento si no conseguíamos clientes nuestro negocio no iba a tener un buen futuro. Así en esa época pensaba que cualquier cliente era valido y valioso, pero con el tiempo fui aprendiendo que esto no es tan cierto y que efectivamente existen clientes que nuestra empresa no quiere tener.